jueves, 26 de mayo de 2016

La seguridad en el trabajo: evolución y retos actuales





Q ue el trabajo puede ser causa de accidentes y lesiones es algo que la experiencia nos muestra como evidente y de cuya realidad tenemos constancia desde hace muchos años. Recordemos, a título de ejemplo, el famoso cuadro de Goya titulado “El albañil herido” o el menos conocido pero quizá más expresivo de Aurelio Arteta titulado “Accidente de trabajo”. Para una mentalidad “moderna” puede resultar sorprendente el hecho de que, durante muchos siglos, la sociedad haya considerado “normal” que las personas tengan accidentes (o enfermen) a causa del trabajo que realizan. La actitud social frente a estos hechos, bien corrientes por otra parte, era el resultado de la aplicación de la maldición bíblica “ganarás el pan con el sudor de tu frente”1 , de la cual se derivaba que era “natural” que el trabajo comportara sufrimiento, enfermedad y, en el límite, la muerte. La Revolución Industrial, que empezó en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, propició un cambio de mentalidad. Las fábricas se erigieron en competidoras de los artesanos hiladores y tejedores y, al ser más eficientes, muchos de aquéllos se vieron obligados a abandonar su oficio (muy a menudo compartido con las tareas agrícolas) y a enrolarse en las huestes del naciente proletariado industrial. En virtud de la implacable ley de la oferta y la demanda, la abundante oferta de mano de obra condujo a salarios de miseria y a unas condiciones de trabajo deplorables, con jornadas de trabajo de doce y catorce horas diarias. Las pésimas condiciones de vida y trabajo de esa época fueron el caldo de cultivo de un gran número de graves daños a la salud de las personas que trabajaban, especialmente de los niños, que se empleaban desde edades tan tempranas como los seis años. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario